lunes, 16 de abril de 2012

Aldabas

OBRA NO DISPONIBLE
Todo empezó con una visita al rastro de Valencia, hace más de 30 años. Aquella mañana compré una aldaba, no se porqué lo hice, fue una compra impulsiva pero aquella pequeña mano de hierro llamó mi atención.
Durante algún tiempo continué con esporádicas visitas al rastro y meses después me encontré con una colección de aldabas, en principio manos pero luego en otras versiones.
En mis tiempos de estudiante algunas colgaron de las paredes de mi habitación pero todas terminaron en el fondo de un armario.
Un par de mudanzas y siempre el firme propósito de colgarlas de nuevo pero sin saber nunca como hacerlo; al final me decidí a ponerlas sobre una tabla que años antes había sido la tapa de un embalaje de alguna máquina.



Este montaje recibió los halagos de mi familia y amigos; pero especialmente me satisfacía ver como los más pequeños jugaban con las aldabas haciéndolas sonar sobre aquella vieja tabla. Esa interactividad entre mi "obra" y los niños me animó de nuevo a volver al rastro e intentar ampliar la colección que también contó con la ayuda, en forma de regalo, de algún amigo.


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