domingo, 29 de abril de 2012

Grifos

OBRA DISPONIBLE
Los grifos son algo cotidiano en nuestras vidas pero verlos colocados sobre una tabla de madera nos produce una extraña sensación al ver que será difícil que den agua.



La reacción más habitual es hacer girar la llave para ver si sale agua, aún sabiendo que esto no será posible. Un acto reflejo, casi inevitable, que nos hace reflexionar sobre lo absurdas que son a veces algunas de nuestras reacciones.


miércoles, 18 de abril de 2012

Hoces

OBRA DISPONIBLE

Estas pequeñas hoces son empleadas en tareas agrícolas manuales como la poda o la vendimia. Corquete, hoceta, tranchete o garillo son algunos de los nombres que recibe según la zona geográfica o el uso a los que se destinan.



Hormas2

OBRA DISPONIBLE
Nuevamente unas hormas montadas sobre una tabla tuneada con viejas latas oxidadas; en este caso son 5 hormas diferentes entre ellas.

Herraduras

 
OBRA NO DISPONIBLE
 
 
Hasta que empecé la colección de herraduras pensaba que todas eran iguales. Primero me dí cuenta de la diversidad de tamaños, por supuesto según la talla de la pezuña del animal en cuestión; más adelante las distintas formas, anchos o grosores me llevaron a deducir que todo esto no era un capricho sino que depende del tipo de trabajo o actividad que tiene que hacer el animal incluso según la superficie en la que tenga que trabajar.

martes, 17 de abril de 2012

Hormas

OBRA NO DISPONIBLE
En este caso se trata de una tabla sobre la que tuve que hacer un buen trabajo de recuperación.
Las hormas están montadas tras un tratamiento de desinsectación y limpieza aunque respetando el mismo aspecto que tenían cuando llegaron a mis manos.
Este tipo de hormas, ya en desuso, fueron empleadas en su tiempo tanto por los zapateros artesanos como en algunos hogares para dar forma al calzado.

Cencerros


OBRA NO DISPONIBLE

Tras varias visitas a los rastros de Valencia y Jalón empecé a recopilar algunas pequeñas piezas que me resultaban interesantes, especialmente cuando las tenía agrupadas en forma de colección. Con la experiencia de los montajes de las aldabas me decidí a hacer nuevos montajes también sobre viejas tablas de madera. Los cencerros me parecieron una buena pieza para esta nueva colección.

Los cencerros, todavía hoy empleados en el medio rural, llaman especialmente la atención entre los urbanitas por lo que nos sugieren sus sonidos. La interactividad de los cencerros con quien observa la obra y los hace sonar le da un caracter especial, igual que con las aldabas.

Aldabas2

OBRA NO DISPONIBLE
Pasado un tiempo desde que Aldabas colgaba en la pared de casa me decidí a seguir adelante y crear una nueva tabla con las últimas adquisiciones.
Para esta ocasión empleé los restos de una vieja puerta abandonada en una pinada próxima a casa. Tratamientos de desinsectación y recuperación fueron necesarios pero ahora veo que merecía la pena el trabajo.


En este montaje solo usé manos, en algunos casos sin tan siquiera hacerles un profundo trabajo de limpieza lo que quizás le da una mayor sensación de realismo o traslación a cuando estas piezas se encuentran en la puerta de cualquier casa.
Grandes, pequeñas, labradas, sencillas, pintadas, pulidas en cualquier forma o estado estas manos de hierro se agrupan sobre la tabla.




lunes, 16 de abril de 2012

Aldabas

OBRA NO DISPONIBLE
Todo empezó con una visita al rastro de Valencia, hace más de 30 años. Aquella mañana compré una aldaba, no se porqué lo hice, fue una compra impulsiva pero aquella pequeña mano de hierro llamó mi atención.
Durante algún tiempo continué con esporádicas visitas al rastro y meses después me encontré con una colección de aldabas, en principio manos pero luego en otras versiones.
En mis tiempos de estudiante algunas colgaron de las paredes de mi habitación pero todas terminaron en el fondo de un armario.
Un par de mudanzas y siempre el firme propósito de colgarlas de nuevo pero sin saber nunca como hacerlo; al final me decidí a ponerlas sobre una tabla que años antes había sido la tapa de un embalaje de alguna máquina.



Este montaje recibió los halagos de mi familia y amigos; pero especialmente me satisfacía ver como los más pequeños jugaban con las aldabas haciéndolas sonar sobre aquella vieja tabla. Esa interactividad entre mi "obra" y los niños me animó de nuevo a volver al rastro e intentar ampliar la colección que también contó con la ayuda, en forma de regalo, de algún amigo.